El infarto agudo de miocardio (IAM) es una afección grave caracterizada por la necrosis del tejido miocárdico debido a una isquemia prolongada. Su diagnóstico se basa en la elevación de biomarcadores cardiacos junto con evidencia clínica y electrocardiográfica.
Para confirmar un IAM, se debe evidenciar necrosis miocárdica junto con al menos uno de los siguientes parámetros:
Los marcadores bioquímicos permiten confirmar el diagnóstico y evaluar la progresión del evento. Entre los principales se incluyen:
Son los marcadores de necrosis miocárdica más específicos. Existen tres subunidades: TnT, TnI y TnC. Sin embargo, solo TnT y TnI son utilizadas en el diagnóstico del IAM debido a su alta especificidad.
Es una enzima presente en el músculo cardíaco, aunque también se encuentra en otros tejidos, lo que puede generar falsos positivos.
Es un marcador precoz de necrosis miocárdica, pero con baja especificidad para el músculo cardíaco.
Indicadores de disfunción ventricular y progresión del daño cardiaco, aunque su papel en los síndromes coronarios agudos es aún debatido.
Para confirmar un IAM, se recomienda:
Si bien los biomarcadores son fundamentales en el diagnóstico del IAM, deben interpretarse en conjunto con el contexto clínico y los hallazgos electrocardiográficos. Además, niveles elevados pueden presentarse en otras patologías como miocarditis, insuficiencia renal, arritmias, traumatismos, entre otras.
Revisión: Bioq. María Gabriela Torres
Especialista en Bioquímica Clínica (CEMIC)
Especialista en Endocrinología (SAEM)